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Hipólito y la corrupción

Unknown | 3:54 | 0 comments

Por:  Andrés Dauhajre hijo
Decenas de comentaristas y analistas se rasgaron las vestiduras el miércoles pasado luego de que el ex presidente de la República y candidato presidencial por el PRD, Hipólito Mejía, afirmara que en el gobierno del PLD hay funcionarios corruptos y que de ganar la presidencia en el 2012 los sometería a la justicia. “No me importa ningún caso específico, si hay un problema de corrupción en el país hay que enfrentarlo, y yo estoy dispuesto a enfrentarlo, sea quien sea”, manifestó el ex presidente.


Lo que motivó la inconformidad de los comentaristas y analistas fue la tomadura de pelo del expresidente a los periodistas, cuando estos quisieron acorralarlo con el caso específico de los cuestionamientos que han hecho periodistas muy serios, a operaciones realizadas por el superintendente de Seguros, Euclides Gutiérrez Félix, a lo que el expresidente, en forma de chanza, les respondió que éste no sería sometido a la justicia en un gobierno suyo pues era su “canchanchán”.

Todo el que conoce al ex presidente Mejía y la actitud asumida en situaciones difíciles en que ha tenido que enfrentar la corrupción en el ámbito público y privado, sabe que el expresidente le estaba tomando el pelo a los periodistas. En Najayo, muchos lo saben.

Para los que tengan dudas sobre lo que estoy diciendo, analicemos el comportamiento de Hipólito Mejía como Presidente ante casos de personas muy amigas suyas y de muchísimo poder en el país, que incurrieron en violaciones de las leyes y las normas, así como en prácticas fraudulentas que al final se tradujeron en costos y pérdidas de recursos públicos. Claro, violaciones y fraudes verdaderos, reales, no fabricados ni inventados.

Nadie en este país puede negar la estrecha relación de amistad que existía entre Hipólito Mejía, en ese entonces Presidente de la República, y Ramón Báez Figueroa, presidente del Baninter.

Cuando a principios de mayo de 2003, es descubierto el fraude en el Baninter que se había venido registrando desde 1989 y que se aceleró en el período 1986-2000 sin que las autoridades del Banco Central y de la Superintendencia de Bancos se hubiesen dado cuenta, Hipólito Mejía fue puesto a prueba.

La persona que encabezaba la ejecución del conjunto de prácticas fraudulentas en el banco privado más grande del país (cuando se incorporaban los estados del banco oculto), era un amigo muy querido del Presidente.

Como si esto fuera poco, era uno de los empresarios de mayor poder económico, social y político del país, dueño de varios canales de televisión, empresas de cable, decenas de estaciones de radio, y del Listín Diario.

A lo anterior había que agregar que Ramoncito había sido la fuente de generosas contribuciones a muchas campañas políticas, ayudas a las iglesias, a jefes militares y policiales, jueces, legisladores, periodistas, analistas, fundaciones, artistas, deportistas, y patrocinios de actividades culturales y conciertos.

Los anuncios del Baninter eran apetecidos por todo el que tuviese un programa de radio o televisión, y Ramoncito nunca rechazó una solicitud de colocación. Y como si esto fuera poco, era una persona que se daba a querer. La mayoría de los dominicanos, lo conociesen o no, le tenían cariño.  Ramoncito nunca fue un “sangrú”.

Pero las irregularidades estaban a la vista de todo el mundo.  Durante 14 años, Baninter acumuló un déficit patrimonial de RD$55,000 millones. Cuando el Presidente Mejía es informado sobre  la verdad de lo que había ocurrido en Baninter, su rostro se transformó.

Recuerdo sus palabras luego de escuchar atentamente la presentación sobre lo que había ocurrido en Baninter y lo que aquello iba a significar para el país. “Todos saben que Ramoncito es un amigo muy querido mío y de nuestro partido.

Y saben de mi estrecha relación con su padre, Don Ramón.  Pero lo que aquí está en juego es el interés del país.

Y entre el amigo y el país, yo no tengo ninguna duda de lo que debo hacer”. Así lo pudimos escuchar todos los que estuvimos presentes en su despacho en el Palacio Nacional a principios de mayo de 2003.  Terminada la reunión, las autoridades monetarias del Gobierno de Hipólito Mejía tomaron las medidas que culminaron con el sometimiento a la justicia de Ramón Báez Figueroa por las prácticas fraudulentas que se ejecutaron en el Baninter.

Cuando el escándalo estalló, el ex presidente Leonel Fernández salió en defensa de Ramoncito. Todo el mundo apoyó a Ramoncito ante la supuesta afrenta del Gobierno de Hipólito.

Decían que aquello era un invento, que era el gobierno de Hipólito el que había quebrado al Baninter para apropiarse de los medios de comunicación.

Muchos periodistas que hoy se rasgan las vestiduras por la chanza de Hipólito a sus colegas en su respuesta ante los cuestionamientos a Euclides, se unieron en aquel momento al concierto de voces y plumas que salieron en defensa de Ramoncito. El propio Cardenal López Rodríguez, quien le tenía mucho cariño a Ramoncito, lo visitó y le manifestó su solidaridad en ese momento difícil que atravesaba.

Hipólito se quedó prácticamente solo.  Muy pocos estuvieron a su lado cuando decidió aferrarse a la verdad y enfrentar el fraude que había tenido lugar en Baninter.

Este recuento del fraude privado de mayor repercusión en las finanzas públicas en toda la historia dominicana, resulta muy oportuno en este momento para que a nadie le quepa la menor duda de que a Hipólito hay que evaluarlo más por lo que hace que por lo que dice, más por sus actuaciones que por sus declaraciones.

El tiempo se encargó de demostrar que Hipólito actuó correctamente cuando sometió a la justicia a los responsables del fraude en Baninter.

Fue en su gobierno que se tomaron las medidas que aseguraron que, en el futuro, cualquier agujero patrimonial que surgiese en algún banco privado, tendría que ser cubierto con dinero de los accionistas.

Con ello, se evitaría comprometer las finanzas del Estado para rescatar instituciones bancarias.  Por esa decisión tomada en el Gobierno de Hipólito, cuando se descubre en el 2005 un desbalance patrimonial de US$415 millones en el Banco del Progreso, los recursos para cubrirlo fueron provistos por sus accionistas, sin tener el Estado que aportar un solo centavo. Fue el Gobierno de Hipólito, no el de Leonel, el responsable de que ese agujero en el Progreso no haya repercutido negativamente en las finanzas públicas y en la estabilidad macroeconómica.

La decisión del Gobierno de Hipólito Mejía de someter a la acción de la justicia a los banqueros responsables de prácticas fraudulentas y violatorias de las leyes bancarias y las normas prudenciales, explica el porqué hoy día tenemos un sistema bancario transparente, bien capitalizado y apegado a las mejores prácticas internacionales. Por eso, el Foro Económico Mundial nos coloca en la posición 52 en cuanto a solidez del sistema bancario, mientras que en corrupción nos colocan  entre la 136 y la 139.

Hipólito ha dicho que si en el país tenemos “banqueros, militares y policías presos” por haber violado la ley, hay que dar ejemplos también con los políticos que hayan incurrido en actos de corrupción.  La gran mayoría de los dominicanos comparte lo que ha dicho Hipólito Mejía.

Luego de la enorme exhibición de corrupción que ha tenido lugar bajo los gobiernos del PLD, la cual ha significado la desaparición de recursos públicos por RD$482,000 millones desde agosto de 2004 a abril de 2011, incluyendo los US$130 millones de la SunLand, llegó el momento de que alguien se atreva a ponerle el cascabel al gato.  Hipólito está dispuesto a hacerlo, sea quien sea el corrupto.

Claro, sin arbitrariedad ni persecución política, sino con pruebas contundentes y verdaderas que sustenten la malversación de fondos públicos. A Hipólito nadie lo verá nunca fabricando expedientes falsos de corrupción para perseguir a sus opositores políticos.

A diferencia de quienes prometen que si llegan a la Presidencia no robarán, Hipólito no tiene que prometerlo.  Fue presidente y todos los dominicanos pudimos comprobar que se manejó con transparencia, pulcritud y honestidad. ¿Que como Presidente pudo haber tomado o autorizado medidas inadecuadas o inefectivas?  Claro que sí, pues Hipólito, como ser humano que es, es falible.  Hipólito pudo haberse equivocado, pero nunca metió la mano.

La sociedad dominicana desde hace tiempo ha venido reclamando el fin de la impunidad que ha protegido a la corrupción.  El Foro Económico Mundial nos tiene catalogado como uno de los 4 países más corruptos del mundo, junto con Venezuela, Paraguay y Burundi, de un total de 139 evaluados. Y somos el líder mundial en el favoritismo de las decisiones de funcionarios públicos inducidas por la corrupción.

Esto tiene que cambiar, no sólo porque la situación es moralmente inaceptable, sino   también porque con los recursos que se ha tragado la corrupción en los últimos 6 años y 8 meses, equivalentes a 9 agujeros de Baninter,  se habrían resuelto muchos de los problemas que enfrenta el pueblo dominicano.

Con esos recursos se habrían podido construir 250,000 viviendas económicas; 47,000 aulas escolares; 156 hospitales, lo que añadiría 38,000 camas para atender a los enfermos; 48 acueductos múltiples que permitirían llevar agua potable a más de 1 millón de hogares; y 1,800 kilómetros de carreteras. Todo eso se pudo haber hecho.

El país sería muy diferente. Pero los funcionarios peledeístas, gracias a la impunidad que ha reinado, prefirieron desviar esos recursos hacia sus bolsillos.

Hipólito Mejía demostró en el 2003 tener el factor C que se necesita en este país para enfrentar la corrupción gubernamental. Dentro de un año, el pueblo dominicano decidirá si quiere llevar al Palacio Nacional a un hombre con el carácter, el valor y la voluntad necesarias para enfrentar a los políticos corruptos, tal y como hizo desde la Presidencia en el 2003, cuando sometió a la justicia a poderosos  banqueros amigos que habían incurrido en prácticas fraudulentas.

El que no haya metido la mano, puede dormir tranquilo. El que la haya metido, aunque sea amigo querido, íntimo, incondicional, inseparable, entrañable, enllave, básiga o canchanchán de Hipólito, debería comprar dormicum. El que tenga dudas, que mire para Najayo.

Los artículos de Andy Dauhajre en El Caribe pueden ser leídos en www.miprd.org/andy

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